Videos, golpes, ropa quemada... estas son las revelaciones del juicio en el caso Las Malvinas
En el caso se procesa a 17 militares por la desaparición forzada de cuatro menores en Guayaquil. El juicio se inició el 7 de noviembre.

En la parroquia Taura se realizó la reconstrucción de los hechos del caso Las Malvinas, Policía, Fiscalía y familiares de los menores y los militares procesados participaron.
Archivo API
Compartir
Actualizada:
20 nov 2025 - 12:46
El juicio contra 17 militares de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) acusados de la desaparición forzada de Nehemías Arboleda, Steven Medina y los hermanos Ismael, Josué Arroyo, los cuatro niños de Las Malvinas, se desarrolla en Guayaquil.
En la diligencia, que se reinstaló el pasado lunes 17 de noviembre y que cumple dos semanas, se revelaron detalles macabros sobre este hecho violento. Testigos dieron a conocer que los cuatro menores fueron golpeados en la cabeza, azotados con palos y correas, obligados a desnudarse y que sus cuerpos estaban incinerados y sin órganos.
Las víctimas, todos afroecuatorianos de entre 11 y 15 años, fueron detenidos de forma ilegal por dos patrullas militares el 8 de diciembre del 2024 en Las Malvinas, en el sur de Guayaquil. Tras la detención desaparecieron y su familia emprendió una intensa búsqueda que finalizó el 24 de diciembre cuando se hallaron sus restos en la parroquia de Taura, en el cantón Naranjal.
Los militares aseguraron que liberaron a los menores en ese sector, sin embargo, las investigaciones determinaron que los militares son los presuntos autores de la desaparición.
Ante el tribunal quedó expuesta la crueldad de los castigos descritos por los uniformados, quienes coincidieron en los detalles de las torturas. Los menores fueron sometidos a golpes, humillaciones y abusos.
Así se desarrolla el juicio
Los informes forenses practicados a 63 muestras de tejidos y fragmentos óseos confirmaron que los menores fueron víctimas de golpes y heridas mientras aún estaban con vida. Los especialistas identificaron procesos de inflamación, necrosis y formación de hematomas en huesos y tejidos, lo que indica que las agresiones ocurrieron antes de su muerte.
En tres de los cuerpos se detectaron rastros de disparos. La presencia de plomo, níquel y cobre en fragmentos óseos fracturados evidenció que los proyectiles impactaron sus cráneos. Entre ellos está Josué Arroyo, de 14 años, cuyos restos presentaban una herida por arma de fuego, fracturas y signos de carbonización. Según la perito, el fuego fue aplicado después de que ya había fallecido.
Otro caso analizado fue el de Nehemías Arboleda, de 15 años. Su cráneo tenía una lesión frontal provocada en vida, vinculada a una marca de sangre detectada en las pruebas. Además, sufrió golpes y daños en la clavícula. Su cuerpo también estaba carbonizado y sin órganos.
El análisis del menor de 11 años, Steven Medina, mostró que su cráneo se redujo por la exposición prolongada al fuego. Presentaba una fisura de ocho centímetros y una lesión de bala que no alcanzó a perforar el hueso. Al igual que los demás, carecía de órganos debido a la descomposición y la quema.
Un video secreto y la colaboración de cinco militares
Un elemento central en esta causa surgió la noche del 8 de diciembre, cuando uno de los militares grabó de manera encubierta lo que ocurría dentro del destacamento de Taura. Según el testimonio de su hermana, él decidió registrar las imágenes porque “todo se estaba saliendo de control”. Aunque un oficial ordenó borrar cualquier grabación incriminatoria, una copia llegó a manos de la mujer, convirtiéndose en evidencia crucial.
La grabación contiene frases como “ya llegamos al lugar donde van a morir” y otras amenazas acompañadas de insultos, incluidas expresiones discriminatorias hacia las víctimas, de acuerdo con el perito que examinó los audios y videos.
La presión de estas pruebas llevó a cinco militares a modificar su testimonio y colaborar con la Fiscalía. Uno de ellos relató, durante la segunda reconstrucción de los hechos, que el subteniente John Henrry Z. E., señalado como el principal agresor, también utilizó su celular para grabar el momento en que golpeaban y pisoteaban a los cuatro menores, tendidos en el piso.
Golpes con fusiles, correazos y la orden de desnudarlos
La reconstrucción de lo ocurrido en Taura también permitió exponer nuevas agresiones. Según un perito policial, la ropa de los niños, encontrada a un costado de la vía de tercer orden, tenía rastros de quemaduras. Un oficial habría ordenado que los menores se desnudaran antes de las agresiones.
Los testimonios de los uniformados que buscan beneficios judiciales señalaron que Steven Medina, el más pequeño, recibió entre 20 y 30 correazos mientras era acusado falsamente de robo. Otro de los adolescentes fue golpeado en la cabeza con la trompetilla de un fusil por parte de un cabo.
Las versiones coinciden en que cuatro militares —el subteniente John Henrry Z. E., los cabos primeros Jonathan Raúl G. P. y David Andrés C. A., y el sargento Wilmer Danny L. C.— participaron directamente en los ataques.
Compartir

